Hemos ido a cenar a un restaurante japonés cuyo “plato fuerte” es su peculiar modus operandi, que no deja indiferente a ningún comensal que lo visite por primera vez. Así mismo, el estilo interior es jóven, fresco y moderno. Cultura y comida japonesa para quien le guste probar cosas nuevas. Ya sabéis, en Caballero de Gracia, 8 (Madrid)
Lo que más llama la atención, es la idea de autoservicio futurista que se plasma en las fotos, la verdad, parece que nos encontramos en el comedor de la nave Enterprise: Decorado completamente en blanco inmaculado, taburetes blancos y… ¡los platos simulan pequeños OVNI’s!

La comida se pasea en direcciones inversas (izquierda y derecha) por delante de las mesas en dos cintas transportadoras metálicas muy originales. El borde de cada plato tiene un color que lo caracteriza (amarillo, azul, rosa, violeta, gris…) y a cada color se le asocia un precio (1′50, 2, 2′50, 3, 3′50 y 4′50 euros).

De ese modo puedes comer lo que desees y gastar lo que estimes oportuno, tan sólo debes ir cogiendo los platos que te apetezcan. Si deseas alguno en caliente, se lo solicitas a los camareros y te lo traen a la mesa. Digamos que por unos 24 euros se considera cenada mucha gente (yo necesito bastante más).

De todas formas, he descubierto que la cocina japonesa no es lo mío. Había un “platito” que estaba exquisito: unos taquitos de arroz rellenos de variados productos y salteado con bolitas naranjas. El resto… ni fu ni fa… ¡Lo que no aguanto es el sabor del pescado crudo! ¡Como si fuese a la pescadería y le pegase un mordisco a una sardina allí mismo! Se quedó entero, y eso que era el OVNI más caro.

Los cocineros lo elaboran todo a la vista, y van rellenando la cinta transportadora de nuevos platos. Dispones de unos surtidores en la misma mesa, desde los cuales puedes servirte agua con y sin gas, muy práctico. Lo que sí me trajeron, es un vaso pegajoso lleno de grasa y trozos de pescado, que me lo cambiaron rápidamente nada más avisarles.

Considero que es un sitio al que debes ir si no has ido nunca, pues es muy atractivo. Pero reconozco que una vez visto no vuelves más, a no ser que quieras llevar a algún amigo que visite la ciudad y no haya estado nunca en un local similar. ¡Lo que si son curiosos son los lavabos! ¡Id a hacer pipí! 😉

Los postres no nos llamaron nada la atención, asi que nos fuimos al VIPs, que no nos falla nunca con sus tortitas con sirope de fresa y chocolate acompañadas de sus conocidos batidos.
Buscando en Youtube videos radiocontrol (uno de los vicios que tengo) me encuentro este espectacular video de pilotaje de precisión de un avión teledirigido. Desconocía completamente la increíble destreza que se puede llegar a tener manejando uno de estos aparatos.
Lo que más me ha impresionado: que despegue boca abajo (00′:15″), que se sostenga en vertical (01:25″), que vuele de lado (01:32″), que realice vueltas en suspensión (02:22″)… ¡Impresionante la relación peso/potencia que tiene el avioncillo! ¡Y la indiscutible calidad del radio-piloto!
¿Cuándo podremos disfrutar de semejantes acrobacias con un avión de verdad? ¡Si no pierde la consciencia el piloto claro!

Ayer quedamos a cenar con Gonzalo y María en el restaurante “A dos velas” de la Calle San Vicente Ferrer, 16 (Madrid). Aunque en la mesa sólo había una vela, que casi estraga alguna camisa… ¡Gonzalo… si es que estiras mucho el brazo! A todo esto, llegamos media hora tarde… ¡menudo atasco en la capital! En breve, el coche no tendrá ninguna utilidad para desplazarse por el centro.

Compartimos unos llamativos y adornados primeros: un sabrosísimo Mousse de foie (de pato con gelatina de batata y caramelo de vinagre de módena), acompañado de Aro de brandada de bacalao (bacalao, ajo y piñones, con un toque de nuestro aceite de oliva), que a pesar de gozar de la misma y exquisita presentación que el anterior, no triunfó tanto en nuestro paladar.

Le sigueron unos magníficos segundos: Dos solomillos de novillo argentino (preparado con cebollitas francesas confitadas en vino tinto, tarta de El Casar, mezcla de frutas y espárrago verde en tempura) -obviamente para Gonzalo y para mí, ¡qué íbamos a pedir si no!-, un pollo indio (taquitos de pollo macerados en yogur y tandoori cocinados en mantequilla y nata, acompañado de arroz basmati con anacardos) para Nines y una carne argentina (ternera de importación al punto indicado, acompañada de chimichurri, salsa roquefort, fresas y guarnición de mil hojas de patata) para María.

Esta vez nos decidimos por un tinto Hoya de Cadenas Reserva para mojar el paladar. Muy curioso el “fino y estilizado” pie de las copas.
Llegados los postres, de la amplia carta nos quedamos con 2 tiramisús (el cual avisan que no es el clásico) y 2 espumas de chocolate (asegurando la carta que lleva un toque de “polvitos mágicos” que sólo ellos conocen). Ambos excesivamente dulces para mi gusto, pero no podíamos irnos de allí sin probar ese tiramisú que tanta fama tiene en ese local y que no resultó ser algo tan espectacular.
Un lugar muy acogedor, sin duda. Aunque, para la categoría que se supone que se le otorga, debería cuidar un poquito más detalles como el mantel, las mesas, la vajilla, el cambio de cubiertos…
Terminamos la noche en el piso de Las Tablas de Gonzalo y María, ¡menudo piso! Me encantó el salón y el baño (y la cocina, y la habitación, y la otra habitación, y el cuarto, y el otro baño, y la terraza, y…) ¡Gonzalo! Vas a tener más Sony Bravia que en el Corte Inglés, ¡sólo te falta una en el baño! 😉

¡Menuda cena acabamos de disfrutar 7 comensales en La Tagliatella de Felipe II, 17 (Madrid). Un vistoso restaurante que mi compañero Ricardo Sancho ha puesto en marcha con otros socios. Ahora que he ido, entiendo que esté orgulloso de su nuevo proyecto.

La fachada reclama tu atención, pero sin duda la jugosa sorpresa de la detallista decoración está en el interior: una asomborsa librería que ocupa todo el ancho del local con libros clasificados por temáticas (¡Rubén llegó a creer que eran auténticos!), en ella se puede observar a un ocupado bibliotecario subido a una escalera (se nota que los zapatos eran Lotusse, ¡porque ya se han llevado uno!), observamos una larga barra, donde se ve como se hace artesanalmente la pizza y las ensaladas. Curiosa la exposición de relojes antiguos y la tienda-escaparate de instrumentos de música. Genial la cartelera de cine con su letrero de neón. En la planta superior encontramos una exposición de quesos y embutidos italianos y, al otro lado, una filatélia… pero sin duda, lo más sorprendente, es la recreación de un antiguo salón italiano, con su chimenea, su sofá y sillón chester y ¡una pareja de abuelos! Magnífico el trabajo de Decoretro.
¿La comida? ¡Menudas raciones! Podríamos decir que con un plato comen bien dos personas… ¡nosotros no fuimos capaces de acabarlos! ¡Excepto Pedro! ¡Cómo come!

Compartimos como primeros platos: una impresionante insalata tagliatella -en la foto- (variado de lechuga, alcachofas, jamón, gambas, maiz, olivas, tomate, palitos de cangrejo y zanahoria) ¡triunfó el elegirla con salsa vinagreta membrillo! ¡sobre todo las chicas quedaron encantadas! Nada que desmerecer el carpaccio di vitello pepe nero (solomillo de ternera a la pimienta negra) aunque aseguraría, que es cortado con un laser azul BlueRay, por su espectacular transparencia. El que menos nos ha gustado es el carpaccio napoletano (tomate natural, búfala, anchoas y paté de olivas negras) imagino que será cuestión de gustos, porque la verdad tenía muy buena pinta, pero a mí la búfala… 🙂
Y llegamos a los esperados y contundentes segundos, regando toda la cena con unas botellas de Lambrusco rosato dell’ Emitia y unas cañas.

¡Fijaos en el tamaño de la pizza de Pedro! ¡Una tagliatella! (Pesto, cebolla, pimiento, champiñones, queso taleggio, bacon y espinacas) ¡Se la comió entera! ¡La madre que lo p…! Después se queja de los 84 kilos… 🙂

Nines y yo optamos por unos linguini con zingara (crema de leche, pimientos verdes, rojos y amarillos, olivas negras y salchicha) y una pizza rústica (tomate natural, mozarella, olivas negras, champiñones y atún)

Marta y Rubén no quedaron atrás en su elección, unos trofie con salsa toscana (crema, queso, radicchio y speck) y una pizza ombra della sera (tomate, mozzarella, espinacas, pimiento, champiñones, chorizo y speck).
Javi y Adriana se decantaron por unos tagliatelle con peperoncino e gamberi (ajo aceite, gambas y guindilla) y unos tortellini con salsa amatriciana (tomate, bacon y cebolla).
Adriana, a ver si algún día uno de nosotros puede abrirse una cuenta la sucursal del Campo de las Naciones en la que trabajas, cumpliendo ese requisito “mínimo” de 5 millones de euros de ingresos 😉
Lo mejor: Su céntrica e inmejorable situación, el correcto y amable trato de los camareros, la abundante decoración interior, la curiosa presentación de las pizzas, el enorme tamaño de las raciones, el precio ajustado…
Lo peor: La sensación de agobio que producen algunas de las mesas, hacen sentirse un poco “encajonados”.
¡No pudimos con el postre! Amablemente nos invitaron a unos chupitos, pero dado que teníamos que coger el coche… preferimos pedir un cafecillo con leche para relajar el estómago (también lo relajamos desabrochando un poco el cinturón, jajaja).

Lo increíble, es que dando un paseo nocturno, al final recordamos los postres y… ¡acabamos en el VIPS! Y entre batidos, tartas de tiramisú y helados varios… ¡Pedro pudo con las tortitas con sirope! ¡Pero tío! ¡Que ya no vas a crecer más! 😉

Enhorabuena por el magnífico restaurante, Ricardo, te deseo mucho éxito con él. Desde aquí queda recomendado a todos los lectores, como uno de los mejores locales, decorado de una manera exquisitamente detallista, de Madrid. A todo esto… ¿reconoces al de la foto? 😉
¡Jajaja! ¡Qué bien me lo he pasado con esto! Pero el programa debe tener algunas limitaciones de colores y complejidad, ya que, al ponerlo en “embed”, no sale el color del pico ni las pupilas de los ojos de mi mosquito Rayito. Se ve un poco mejor si se accede directamente a la URL, aunque tampoco se ven todos los detalles.
¡Venga! Dibujad vosotros un monigote y dejad aquí el enlace para que todos lo vean ¡bailar!
Ay… esto de los “memes”… Para el que no haya oído hablar de ellos, viene a ser un “post en cadena” que has de responder y enviar a 4 o 5 amigos, familiares o incluso desconocidos, esperando respuestas sobre curiosidades que desconocías de ellos. Ya hace tiempo que se recibían vía email los famosos tests que literalmente te cosían a preguntas. Un meme, es la versión para blogs. Douglas Rishkoff provee una definición práctica e intuitiva de los memes: “Idea contagiosa que se replica como un virus, trasmitida de mente en mente. Los memes funcionan de la misma forma que los genes y los virus, propagandose a través de las redes de comunicación y el contacto personal entre la gente.”
Emilio Márquez (Marqueze) me envía este meme: “¿Qué usas para trabajar?”, que le había enviado Carlos Blanco, que le había enviado Fotozone, que le había enviado Ángel María, que le había enviado A.J., que le había enviado Pixel y Dixel…
1.- El cerebro (acompañado de los ojos, las manos, el oído…)
2.- Toshiba Satellite M40-145 (Como segundo monitor un Sony Multiscan G420, como segunda regrabadora de DVD externa una Samsung TS-E552U, HD externo Iomega 320 GB, ratón Microsoft Notebook 3000, Impresora HP DeskJet 930C, Scanner HP ScanJet 3300C, antenas bluetooth (el anterior portatil que se quemó no tenía bluetooth, duró 3 años), HD externos de 2,5″, pendrives, lectores de tarjetas, concentradores de puertos, webcams… mil pijadas varias ¡todas con lucecitas azules! 🙂
3.- Cualquier trozo de papel que me encuentro por ahí. ¡Es donde nacen las mejores ideas!
4.- Bics ultramegahipermordidos ¡siempre! (da igual que tenga Montblanc, Cross o Faber-Castell)
Paso este meme a Ricardo Sancho, Amado Martín, Toni Barragán y Pere Tufet.
Vaya vaya… ¡Otro sitio al que no vuelvo! La Cruz Blanca en el Garena Plaza de Alcalá.

¡Pedro! ¡Menos mal que no pudiste venir, te hubieses arrepentido! Menuda cena… las patatas crudas, los huevos rotos eran ¡más patatas!, la sepia si no estaba podrida le faltaba poco… Sin mencionar que los platos estaban grasientos y la cubertería parecía que la había manipulado el mismísimo Uri Geller. Obviamente, un sitio más… tachado en mi agenda de restaurantes recomendados.

Recuerdo la magistral intervención de Rubén cuando el camarero intentaba contentarnos con unos: “¿Desean algo de postre?” -NO- “Quizás les apetezca un café” – NO- “¿Un chupito le licor de la casa como obsequio?” -LO QUE QUEREMOS ES LA CUENTA- Y posteriormente, sin darse cuenta de que estaba justo detrás esperando a que nos levantásemos: VÁMONOS A TOMAR EL POSTRE A UN SITIO DECENTE.
El local está ambientado de una forma curiosa y acogedora, al estilo La Bámbola en versión económica. Pero la calidad de su comida nos deja mucho que desear.

Fuimos al Hemisferio para quitarnos el mal sabor de boca. Aunque esta vez, cambié mi peculiar batido de chocolate con nata por un San Benito (¿de Lérez?) que llevaba: zumo de naranja, piña, melocotón y kiwi. Menos el de naranja, el resto de zumos no eran naturales, menudo timo… Cómo está cambiando la calidad del producto en los locales, de todos modos… estaba mejor que el Honolulú de Rubén 😛
Lo mejor, sin duda alguna, el “chupeteo de la pajita” -TOP SECRET-

¡Así es! Este jueves he podido disfrutar de un agradecido desayuno de colegas networkeros en el prestigioso Hotel Occidental Miguel Ángel, acompañando la presentación informal de la nueva empresa Networking y Redes Sociales S.L., mediante la cual, Emilio ampliará horizontes y conexionará a empresas y webmasters especialistas en Internet, la Internet Real. ¡4 horas de desayuno! 😉
En estos actos, siempre es agradable coincidir con gente a la que admiras y con la que compartes aficiones, proyectos, trabajo, ideas y metas. Ha sido un placer reencontrarme con:
Pere (Tonterías.com), con quien espero colaborar en futuros proyectos -ya sabes que cualquier día quedamos para comer, de todos modos nos skypeamos ;-)-
Agus (Canalmail.com), que me debe una comida en un restaurante vasco cuyo nombre no ha querido revelarme esperando que sea toda una sorpresa. Tenemos pendiente una charla sobre unas ideas y sobre unas 8 misteriosas hojas 😉
Pedro (ImpresionesWeb.com), que me ha comentado un montón de anécdotas que desconocía en un largo café posterior al evento. Habrá que probar su sistema de publicidad, a ver cómo resulta. Así como alguna que otra cosilla de la que hemos hablado.
Roberto (Grutinet.com), que recuerda con agrado el éxito alcanzado con el reciente lanzamiento de la primera campaña del nuevo sex-shop en la Red: AdultosLive.com -y que repetiremos en breve-
Y Emilio (Marqueze.net), como no, quien siempre está ahí omnipresente para apoyarnos a los más pequeños (¡y a los más grandes!)
Todo un placer el tomar un zumito de naranja y un calentito café con leche con todos vosotros. ¡Con el frío que hacía esta mañana!

¿Cómo ha empezado el nuevo año? ¿Bien? ¿Regular? ¿Mal? Estamos a día 7 (ahora empieza la empinada cuesta que todos conocemos) y ya estamos en condiciones de hacernos una ligera idea de como nos irá este año, sobre todo, observando si los Reyes Magos nos han traído carbón o lo que les hemos pedido. ¿Qué os han traído a vosotros? 🙂 ¡Yo les he pedido salud para todos los lectores del blog!
¿Qué tal la cena de Nochevieja? Nosotros empezamos con los entrantes que veis en la primera foto: lomo ibérico, ajo arriero, patés, caviar, bueyes, centollos, queso machego, anchoas con pimientos… ¡Buenísimo todo! No me extraña que no quedase nada en los platos…

Le siguió un sabrosísimo revuelto de gambas con champiñones y jamón. Acompañado, como no, de un blanco, joven y afrutado vino de Rueda (Viña Pati), sin desmerecer el vino de la casa que Jesús y Raimundo elaboran con tanto cariño.

Como plato fuerte, un jugoso cochinillo asado, al que las tías Loli e Isabel le pillaron muy bien el punto, pues estaba exquisito. El único problema eran nuestros cinturones, que ya no aflojaban más agujeros… Menos mal que el tinto Reserva del Penedés (Maset del Lleó) de la amplia colección de botellas del tío Mariano nos ayudaba en nuestros menesteres.

Los postres.. ¡nunca faltan! Incluso habiendo cenado de lujo tienen su lugar reservado de antemano. Y yo me pregunto: ¿Qué sucedería si las Navidades durasen 2 meses? ¿Aguantaríamos el tirón? Además… a la foto que veis arriba le sumamos una fantástica tarta de piña de la tía Loli…

…y una esponjosa tarta de Santiago de mi abuela Teresa. ¡Qué buenas estaban!

Tolón… Tolón… Tolón… ¿Os habéis tomado las 12 uvas? ¿Todos? Yo conozoco a una tal Isabelilla que se quedó por el camino… si es que no se puede reir uno 🙂 ¡Y lo tengo grabado en video!

Toda cena de fin de año finaliza con el emotivo brindis que sigue a las uvas, donde todos deseamos que el año próximo sea mejor que el anterior. Mariano y yo vaciamos un Codorníu Pinot Noir Rosado, ni probamos la sidra y el resto de cavas.
Y como no… ¡salir de fiesta a celebrar la entrada de año! Estuvimos en el Nashville y terminamos la noche en Caché hasta que llegó la hora de tomarse el típico chocolate con churros (esta vez conquense).
Para que os “descojonéis” un poco, os dejo una foto de la pinta que llevaba con las barras fluorescentes de Barceló y el gorrito de cotillón de Papá Noel.
Hoy ha sido un largo día de viaje, ¡Pontevedra – Cuenca! ¿Sabíais que la capital de provincia que más dista de Cuenca es Pontevedra? ¡Pues así es! No me extraña que de vez en cuando le pregunten a mi novia: “¿Cómo lo fuíste a buscar tan lejos? ¡Porque no hay nada más lejos en la península!”
Este año pasaré el fin de año en esa preciosa ciudad: la tierra de las casas colgadas y su ciudad encantada. A mí, que me encanta la fotografía, os aseguro que cada imagen de Cuenca es una bonita postal.

Quería aprovechar este texto para aconsejaros el mejor sitio en el que podéis parar a descansar cuando hagáis un viaje por la A6 desde Galicia en dirección Madrid -excepto a Gonzalo, que no para-. Su situación es idónea, ya que aparece cuando llevas unas 3 horas de conducción y el cansancio acumulado puede mostarse en cualquier momento. Pero sobre todo, porque es donde comeréis los mejores bocadillos: un sabroso “pan de leña” y en su interior abundante y exquisito chorizo, salchichón, queso o jamón. En ningún otro bar de carretera os tratarán mejor. Milagros y José María son, como diríamos en galicia: “boa xente”, y cuidan mucho a sus clientes.

Podéis comprar todo tipo de productos: aceites, aguardientes, miel, embutidos e incluso jamones “Gran Reserva” curados en bodega. La salida a tomar está poco después de dejar atrás Benavente, la 251, y se continúa por la vía de servicio hasta que aparece la imagen que veis fielmente reflejada en la pintura de la tarjeta:

Allí eché mi suerte para el Sorteo del Niño. ¡Esperemos que toque! ¿Acabará este año en 3?