Había que cenar en un lugar “enxebre” en estas fechas… así que ¡dicho y hecho!… después de recordar historias pasadas y ponerse un poco al día acompañando el momento con un rico y caliente chocolate en el Club del Café (delante de las Ruinas de Santo Domingo en Pontevedra) con mi amiga Susana y su hermana Mili, nos fuimos a Tomeza, a la Casa do Coto.
He de reconocer que no había estado nunca… Y como podéis ver… ¡tienen hasta página web! ¡Y actuaciones en vivo! Me encantan los sitios que se diferencian de los demás por su decoración y estilo rural propio.
Sin duda, ha sido un acierto comprobar que está de vicio la tortilla de patatas con queso y jamón que allí hacen, así como los chorizos al infierno y al vino que pedimos. ¡Para repetir varias veces y chuparse los dedos, creedme!
Hacía un frío “de carallo” fuera… pero el local estaba perfectamente aclimatado con una antigua y vistosa estufa de leña diferente en cada una de sus pequeñas pero acogedoras salas. Los detalles de la decoración interior (1, 2, 3, 4) logran transmitir una agradable sensación de bienestar. Lo mejor… sus retorcidas y entrelazadas vigas de madera penetrando en la piedra, y los pies de las mesas: máquinas de coser de tiempos pasados.
Bonito lugar, muy rural.
Me llama la atención las fotos de los alrededores, da la impresión de que está en mitad de la nada. Y los interiores de piedra le dan ese aspecto rural que mencionaba antes. Me gusta esa foto en la que sale el carro, con la cámara estratégicamente situada.
Lo de los pies de las mesas hechos con los pies de antiguas máquinas de coser ya lo había encontrado en otros lugares, sin ir más lejos en nuestro querido Café Naif donde compartimos esas agradables caipiriñas, y no cabe duda de que dan un encanto especial al lugar.
Pedro, la verdad es que está en medio de la nada, nos perdimos y todo para encontrarlo 🙂 Es una chulada de sitio, las fotos no le hacen justicia (aunque lo he intentado) Pero sí que es cierto que está perdido perdido…
El caso es que bien pensaba yo que aquello de las mesas con las antíguas máquinas de coser me sonaba de algo. Mi primera reacción al leer este artículo fue la de preguntar el significado de la palabra “enxebre”, aunque me quedaré con el comentario de Pedro como definición de la misma. Quizás no sea la definición exacta pero sí que una grandiosa descripción de “A casa do Coto”. Espero visitarla algún día, eso sí, después de estudiar bien el mapa ya que al resaltado “Cruce do Marco” no parece obvio de llegar.
Todo muy bonito y mucho más rico. lo mejor se ve que es la compañía que tenía Marcos. Chicas guapas, agradables… se nota que son gallegas. Lo malo es que Marquiños no se deja ver mucho por esas tierras y la gente.. en fin que algo lo echa de menos. Biquiños
¡No cabe duda Susanilla! La próxima vez vamos a la del Druida, a ver si puede venir la Nines 🙂
Hombre, la verdad que tampoco es que este en medio de la nada, esta a dos pasos del centro, y es sencillo llegar xD, yo soy de ahi precisamente.
No esta mal el sitio, pero tampoco es nada del otro mundo, La casa de los druidas tampoco me llama mucho la atencion, si te vas por la zona de Pontecaldelas, encontraras otros sitios de este estilo, y mucho mas rusticos “enxebres” o como quieras llamarlo.
Saludos